• 15 de Junio

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Hoy se cumplen 65 años del terremoto más violento de la historia y que cambió los paradigmas de las Ciencias de la Tierra

El terremoto de 1960, más conocido como el terremoto de Valdivia, es el más violento de la historia del hombre, que afectó desde la Península de Arauco en la región del Bío Bío hasta la península de...

  • El terremoto de 1960, más conocido como el terremoto de Valdivia, es el más violento de la historia del hombre, que afectó desde la Península de Arauco en la región del Bío Bío hasta la península de Taitao en Aysén, con una magnitud de 9.5 y que produjo un maremoto de grandes proporciones que arrasó con Valdivia, Corral, Puerto Saavedra, Isla Mocha, Maullín, Ancud, Castro, entre otras localidades y que afectó las costas de Japón, Filipinas, por mencionar algunas.

Señalan publicaciones de BBC News Mundo respecto del terremoto de 1960  “eran las 3:11 p.m. y durante cerca de 10 minutos se sintieron sacudidas feroces a lo largo de mil de sus casi 5 mil kilómetros de costa en el Pacífico”, “con una magnitud 9,5Mw (Moment magnitude), los científicos calculan que lo que sucedió esa tarde en términos de energía liberada fue 20.000 veces más potente que la bomba lanzada sobre Hiroshima al final de la Segunda Guerra Mundial”.

Por su parte la publicación de la Biblioteca Nacional “Memoria Chilena” consigna que “…miles de damnificados se encontraban aislados del resto del país, pues todos los caminos de acceso a Valdivia fueron destruidos. De este modo, se organizó un puente aéreo que partiendo desde Santiago, llevaba alimentos y objetos de primeros auxilios para socorrer a los damnificados. En este esfuerzo, no sólo participó la Fuerza Aérea de Chile, sino también varios otros países extranjeros como Estados Unidos y Argentina. Debido a la destrucción de los aeropuertos de la zona, muchos pilotos debieron improvisar sus aterrizajes en medio de carreteras semidestruidas”.

“El terremoto afectó también a las provincias cercanas, en especial las de Osorno, Llanquihue y Chiloé, que vieron venirse abajo la mitad de sus construcciones y en algunos casos -como sucedió en Ancud- se hundieron barrios enteros bajo el mar. La reconstrucción fue lenta y el presidente Jorge Alessandri tuvo que destinar una gran cantidad de recursos del presupuesto fiscal para hacer frente a la recuperación de la zona, creando problemas en el programa de ajuste fiscal que se había iniciado dos años antes”.

 


Cambios en los Paradigmas de las Ciencias de la Tierra

“Pero el terremoto no solo remeció el suelo bajo nuestros pies, sino que también conmocionó a la comunidad científica internacional, refundando las Ciencias de la Tierra” señala una publicación de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, editada el 22 de mayo de 2023.

Se lee en el texto que “la primera mitad del siglo XX se caracterizó por un periodo de búsqueda y experimentación para saber cómo funcionaba el interior de la corteza terrestre. La teoría de la deriva continental –la idea de que las masas continentales se desplazaban sobre el manto de la Tierra–, formulada por el alemán Alfred Wegener, en 1915, había encontrado muchos críticos. Y la tectónica de placas, que explicaba la estructura de la litósfera y una diversidad de sucesos geológicos –como los procesos volcánicos o la formación de cadenas montañosas–, era una idea que aún no encontraba consenso en la comunidad científica”.

“Sin embargo, el terremoto de Valdivia de 1960 y el terremoto de Alaska de 1964 vinieron a reafirmar lo que se sospechaba hace años: que la corteza terrestre no se movía por contracción como proponían los geólogos estadounidenses James Hall y James Dwight, sino por procesos de desplazamiento de las placas continentales y oceánicas como había propuesto Wegener a comienzos del siglo XX. En otras palabras: que el suelo bajo nuestros pies no era fijo, sino que presentaba un movimiento continuo a lo largo de millones de años”.

“El científico alemán Alfred Wegener ya había planteado la idea del desplazamiento en su polémica obra "El origen de los continentes y océanos" (1915), en la cual describía, por ejemplo, las similitudes geológicas de las costas atlánticas de Sudamérica y África, la cual lo llevó a concluir que ambos continentes habían estado unidos en algún momento del pasado y que se habían separado con el correr del tiempo”.

“La teoría fue resistida e incluso desacreditada, por ser considerada imposible desde el punto de vista físico, pero tuvieron que pasar cerca de 50 años para se convirtiera en consenso científico”.