¿Y qué tal si Cartago hubiera derrotado a Roma? ¿Qué panorama hubiera conocido el mundo si Hitler, Mussolini y el imperio del sol naciente ganaban la segunda guerra mundial? ¿Y si los neandertales no se hubieran extinguido? ¿O Napoleón ganado Waterloo?
Si la historia hubiera tomado otros derroteros ¿En qué tipo de mundo viviríamos?
Y bueno, esta novela se plantea si en la conquista de América las cosas hubieran sido al revés. Esto es lo que desarrolla Laurent Binet, con sus “Civilizaciones”. Si los escandinavos no sólo hubieran llegado a Canadá, si también se tomaban la molestia de quedarse a vivir y viajar hacia el sur del continente y traen con ellos caballos y armas de metal. Si a Colón, las cosas le hubieran salido distintas en su primer y único viaje. Si no eran Pizarro y Cortés los que llegaban al Nuevo Mundo, sino que es Atahualpa, el hijo del Sol el que lo hace al revés, llegando a España vía Lisboa, a esa España de Carlos V llena de problemas y cansada de tanta guerra.
Binet nos invita a jugar con lo que pudo haber sido, en una deliciosa aventura, a escribir de nuevo la historia, derrochando imaginación, talento y conocimiento de ese siglo XVI en que tantas cosas pudieron pasar tanto en el Tahuantinsuyo como en la Europa de reinos enfrentados. ¿Era posible allí en esa Europa, instaurar una reforma agraria, terminar con la servidumbre campesina, otorgar libertad religiosa y acabar con la Inquisición, cuyo trabajo era llevar personas a la quema en la hoguera?
Hay que preguntárselo al inca Atahualpa, quién, en territorio europeo mira conmocionado las salvajes costumbres de estos nativos “levantinos”, que no entienden que todos al fin y al cabo son hijos del Sol.
A Binet ya le había leído “HHhH” su primera novela, de gran nivel y luego “La séptima función del lenguaje” que me pareció para el olvido. Por este libro, provocativo, irónico, instructivo, que hace pensar el tipo de humanidad que hemos construido, le brindo mis respetos. Esta fantástica ucronía ha sido una lectura apasionante.